Durante mi trabajo como educadora, me di cuenta muy pronto de que los problemas que los niños traen a la superficie se basan en algo más profundo. Gracias a mi formación en psicología, metodología sistémica y terapia del trauma, me propuse explorar esta profundidad y buscar descripciones científicas de la misma. Que también encontré. Poco después, empecé a poner en práctica mis nuevos conocimientos en la escuela y, al mismo tiempo, a trabajar como coach para los niños de la escuela y los padres. Mi mensaje de que los niños -independientemente de los síntomas que muestren- no son más que una expresión de inadaptación al sistema no fue inmediatamente bien recibido por todos. La respuesta a la pregunta de por qué esto era así me quedó clara rápidamente: la resistencia provenía del tema de la „culpa“ y del sentimiento de „no ser suficiente“ que esto desencadenaba en muchos padres y profesores.

La resistencia -basada en el miedo- se genera a partir de un sentimiento de carencia, lo contrario de la abundancia, que se basa en el amor. También me inspiro regularmente en este tema en nuestra comunidad gratuita.

La profundidad que sentía aún no había sido alcanzada por los conocimientos científicos. Mi deseo de explorar más a fondo me llevó al ámbito de la espiritualidad y al mundo del trabajo energético. Ahora se abren puertas y portales que antes ni siquiera había considerado como posibilidad. La combinación de ciencia, espiritualidad y trabajo energético me permitió no sólo reconocer, sino experimentar realmente en profundidad lo que estaba buscando.
La inclusión de todos los niveles y mi capacidad para captar rápidamente las conexiones en profundidad supusieron un gran éxito para mis clientes y mi trabajo como coach.
Así que la respuesta a la pregunta de qué significa para nuestros hijos cuando nosotros, como padres y maestros, actuamos por pura plenitud es:

¡NUESTROS HIJOS ESTÁN FELICES Y CONTENTOS!